jueves, 14 de mayo de 2009

Al final Segovia no era tan mal tipo...

Hemos llegado al límite de lo creíble. Todo es demasiado surrealista. Puede pasar que algunos medios defiendan sus intereses sectoriales atacando al gobierno por los cuatro costados y hasta se podría considerar como entendible. Pero que den por sentado lo que dice el mayor narcotraficante de la la Argentina, traficante de armas y además pederasta, acusado de estar en el negocio de la pornografía infantil, es como mínimo intolerable! Le dan crédito como si lo dijera el Dalai Lama, la madre Teresa o Nelson Mandela. Cuanta razón tenía Discepolín!
Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador. ¡Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor! No hay aplazaos ni escalafón, los inmorales nos han igualao... Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón.

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