Febrero 7 de 1953. - Mañana gélida de Moscú.
Leopoldo Bravo, el embajador de Perón, viaja en una "chaika" hacia el Kremlin.
Y una vez adentro, al estrecharle la mano a Bravo, Stalin le dice, tal vez sin mucha ironía:
-Si lo he entendido bien, ustedes, los peronistas, serían capitalistas, pero no tanto. Pero también serían socialistas, aunque casi nada. Llegan al poder por elecciones, pero no creen en la democracia burguesa. ¿Voy bien?
-Eso -dijo Bravo, extasiado-. Eso mismo.
Pd. Iván=Juan(en ruso)
Antes de eso, Stalin había mostrado simpatía por el peronismo, sospecho que por cuestiones referidas a las importaciones de grano que hacía Rusia. Hacia 1949 envió de regalo a Evita una costosa estola de marta cibelina.
ResponderEliminarEso me enteré.
Saludos