Por mi culpa, por mi culpa por mi grandísima culpa !!!
Voy a hacer algo que el periodismo no acostumbra a hacer y es reconocer que me equivoqué. Que le erré el palo al gato. Así de cortito.
Le erré de Montenegro. No es Maximiliano Montenegro el que escribió este chiste en el Diario Popular. En realidad, es Maximiliano Montenegro. Osea, ooooootro Maximiliano Montenegro.
Entonces no me queda más pedir disculpas por mi error a Maximiliano Montenegro y repudiar la mala fe o la impericia de Maximiliano Montenegro(el otro) al escribir la nota el Popu.
En este sensillo acto queda realizada mi fe de ratas.
Maestra (Salario 2500 pesos)
ResponderEliminarGastos mensuales
Remise.......300 pesos (la chorearon una vez, y no viaja más en bondi)
Cámara........50 pesos (lo garpa con el abono del cable, y ficha la puerta)
Rotwailler...160 pesos (sólo morfi, el can lo garpó 1.100 mangos)
Rejas........300 pesos (las garpó 3.600 pero dividimos por 12)
Seguro.......120 pesos (por si la escruchan, ya le pasó a tres vecinos)
Sí, es bizarro el tema de las bombachas, pero las venden en las ferias donde
van a comprar los lburantes, con el cartelito "antichorros".
Che, éstuve leyendo la nota, y tiene sus cosas discutibles, pero en la misma edición publicó esto otro, bastante interesante.
ResponderEliminarSaludos peronísticos
Empresas de seguridad facturan millones
Detrás de la inseguridad hay un negocio rentable
Por M. F. M.
*1) La denominada inseguridad es un negocio rentable. Cada vez más. Se estima que actualmente funcionan en el país unas 800 empresas que ofrecen servicios de seguridad, manejando un “ejército” de 200.000 empleados-vigilantes. De ese total, el 85 por ciento trabaja en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano. Por lo tanto, ya es un hecho que hay más empleados de seguridad que policías en territorio metropolitano. Estas firmas cerrarán el año en curso con una facturación record de 10 mil millones de pesos ($10.000.000.000).
*2) Argentina tiene un índice de homicidios dolosos -con intención de matar- que promedia 5 crímenes cada 100.000 habitantes (en Colombia el promedio es 50 asesinatos y en Brasil de 28). En la primera mitad del año, en territorio bonaerense mataron en robos a 49 personas. Representa una víctima cada cuatro días. En tanto, los robos y hurtos que se denunciaron fueron más de 100.000 en el mismo lapso.
*3) Entonces, está claro que el negocio de la inseguridad requiere -para crecer al 4 por ciento anual, como sucede desde 2001- del miedo a ser víctima. Y los ciudadanos tienen miedo: al delincuente profesional -con códigos- que les arrebata sus pertenencias, al chico manejado por adultos que sale a levantar autos en condiciones lastimosas por el grado de adicción a sustancias letales -sin códigos, a veces muy violentos-, pero también al policía que muchas veces sabe dónde están los kioscos de drogas o los desarmaderos y no actúa.
*4) Estudios realizados por expertos como Claudio Stampalija, de la Universidad de Belgrano, sostienen que el 70 por ciento de los delitos más temidos por el ciudadano son cometidos por jóvenes menores de 21 años. En este preciso momento hay un sacudón en la provincia por la sospecha de que chicos son reclutados para perpetrar distintos hechos. En los asentamientos y zonas marginales lo saben hace rato. Las Madres contra el Paco lo vienen gritando desde siempre, denunciando que por mes se mueren unos 40 chicos. Un pibe adicto, sin familia que lo contenga, lejos de instituciones como la escuela, con nula ayuda del Estado para recuperarse, es el botín favorito para las mafias. Cuando deja de servir, queda abandonado a su suerte.
*5) El ciudadano, entonces, queda atrapado, preso de una situación que no puede modificar. No analiza el origen de los robos, ni quién libera zonas, tampoco cómo se reparte el negocio de los robos de autos (creció 21% este año) o por qué las drogas se consiguen con tanta facilidad. Pero pide, exige protección. Muchos, cansados de no recibir respuestas, se defienden como pueden. Tratan de cuidar a sus seres queridos. Y ahí aparece la necesidad de dinero, para reforzar las rejas, para pagar por un custodio, para contratar cámaras, para blindar los autos, para comprar feroces perros, y mucho más.
*6) Los índices más bajos de delincuencia se registran en países preocupados por el bienestar de su gente. No se logra en poco tiempo, es un esfuerzo de décadas. Satisfacer la mayor cantidad de necesidades sanitarias, educativas, culturales y económicas, del conjunto de la sociedad, es el desafío por delante. Pibes en las escuelas, familias con posibilidades laborales y con el sueño del ascenso social para sus hijos, y efectivos policiales preparados, son apenas algunas de los objetivos prioritarios que debería plantear nuestra sociedad. Para vivir sin miedo.