sábado, 25 de septiembre de 2010

Disursos demagogicos


Leo en Página12 una columna firmada por Luis Bruschtein que habla sobre los derechos humanos y la demagogia. Hace referencia a la supuesta demagogia de la que es acusado el gobierno, tanto por periodistas ex-progres?, como por el conglomerado mediático opositor, por justamente ajusticiar a quienes violaron los DDHH.
Dice Bruschtein:
"Muchos de los que alguna vez dijeron que les importaban los derechos humanos, ahora los califican de demagogia porque creen verlos copados por el Gobierno. Demagogia podría ser hablar de los derechos humanos pero que no se juzgue a nadie".
Me gustaría agregar una reflexión a esta argumentación de Bruschtein.
Hoy a la luz de los juicios a los genocidas, la busqueda de la verdad y la responsabilidad en la violación a los DDHH por parte de civiles se me pensar que la demagogia estaba en otra parte.
Demagógico es aquel que declamaba se defensor de los DDHH y se ubicaban en una impostura artíficial vociferando por justicias inexistentes.
Hoy que la justicia llega donde nunca había llegado e incluso saca la mugre que por años se mantuvo camuflada bajo la alfombra mediática, me atrevo a decir que, los Lanata, Tenembaum, Caparrós, Eliashev, Magdalenas y siguen la firmas, habían adoptado posturas brutalmente demagógicas en tiempos en que los DDHH eran materias pendientes de la democracia. Levantaban banderas que los disfrazaban de progres. Mentían.
Llama mucho la atención (o no)que vez que los DDHH comienzan a estar en la agenda pública y los genocidas y sus socios son juzgados, los otrora defensores de DDHH"  adquieran posturas de oposición a estas banderas.
La prueba palmaria de que esto es así, está en Las Madres y Abuelas de la Plaza de Mayo, que son quienes  pueden arrogarse para sí la lucha irrestricta  e inclaudicable por los derechos humanos. Son la únicas que pueden hablar con la altura moral suficiente, sobre quienes adoptaron posturas plásticas y quienes ejercen la lucha por la justicia y la verdad de manera real.
Solo hay que ver de que lado están las Madres y Abuelas para demoler cualquier impostura y declamación.
Los DDHH no se declaman, se ejercen. Es es la consigna.

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1 comentario:

  1. A ver, como decía mi viejo, vamos al mataburros:
    1. f. Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular.
    2. f. Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos A LOS SENTIMIENTOS ELEMENTALES DE LOS CIUDADANOS, tratan de conseguir o mantener el poder.

    Si este gobierno está "manijeando" el tema de los DDHH porque son sentimientos elementales de los ciudadanos, entonces, la queja, no tiene sentido. Pero no es así, pues muchos ciudadanos dicen que los DDHH son de otros y no de ellos, con lo cual, no es demagogia. Bueno, ahí tiramos abajo lo de demagogia.

    En mérito a la brevedad:
    "...los otrora defensores de DDHH" adquieran posturas de oposición a estas banderas". En criollo: les jode que el gobierno impulse el tema.
    En mi fuero personal: no me importa si alguien quiere pensar que impulsan el tema porque les conviene. Me nefrega. Lo impulsan y con eso, me alcanza.
    Si mañana viene Bill Gates y quiere regalar 100 millones en comida y medicamentos a carenciados, me nefrega que sea Bill Gates.
    Todo lo que beneficie a la sociedad en su conjunto, es bienvenido. Bien pragmático.
    Las abuelas y madres la remaron solas por décadas, con coraje y con valor. Si alguien ahora les convida un té, seguro se sentirán contenidas, o acaso también les piden que sean "supermujeres", siendo que ya son heroínas, a dejarse de joder...

    Y aquellos que cuando los DDHH eran materias pendientes las usaban, pues creían imposible que llegara este día, y quedaba "re-bien" embanderarse con una lucha que se suponía caería en el olvido. Como cuando el HIV no tenía cura, después que tuvo cura, todo el mundo dejó de hablar. Son esas posiciones políticamente correctas. "Paremos la tala indiscriminada", esas luchas que parecen perdidas de antemano. Y cuando alguien en serio las encara... se viene la estantería abajo.

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